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sábado, 12 de marzo de 2016

¿ Por qué no llegamos a los objetivos? Consecuencias de un pobre liderazgo en la empresa

Las derivaciones del mal Liderazgo en las empresas, van mucho más allá de las cuatro paredes de un cubículo de oficina. El efecto inicial de la mala gestión, se siente dentro de cualquier organización.
La mayoría de las personas han laborado para algún Gerente o Jefe, al que consideran su “Líder”, el cual posee muchas debilidades. Es casi como un rito de iniciación en los trabajos.

Los malos Gerentes, reaccionan negativamente, en lugar de planificar. Ellos no tienen una visión e incluso cuando la tienen, no son capaces de comunicarla a su equipo, son desorganizados y fallan al ejecutar los planes que les llevarán a realizar su visión.




La mala gestión disminuye la moral de los empleados. La moral es la base de la motivación y esa motivación es un componente clave para la productividad. En consecuencia, se genera una baja productividad, lo cual aumenta los costos laborales.

Cualquier organización que tenga la moral baja, también tiene una alta rotación de personal. Se ha demostrado que los efectos de la elevada rotación, incrementa los costes de formación y disminuye la cantidad de trabajadores con experiencia.

El reclutamiento de personal se convierte en algo muy complicado, debido a la velocidad del cambio. La calidad de los solicitantes disminuye y para Recursos Humanos, su labor se vuelve una pesadilla, pues se torna en un círculo vicioso causa grandes pérdidas de dinero.

La baja moral ocasionada por la alta rotación de personal, trae como resultado, un mayor descenso de la moral.
Si la moral es el corazón de las operaciones de los negocios eficientes, el servicio al cliente es la sangre que sostiene a ese corazón. La baja moral tiene un impacto directo en el servicio. Por lo general, disminuye la calidad del servicio hasta el punto en que los clientes huyen por la mala gestión de las empresas, hacia los brazos abiertos de la competencia.

Los malos Líderes hacen que aumenten las responsabilidades de otros directivos. Con el fin de cubrir carencias en la gestión, los demás directivos deben llenar el vacío con su talento.

La huída de los clientes, disminuye las ganancias. La fuente de dinero se seca y la empresa comienza a reducir los costos a fin de coincidir con la disminución de ingresos. En la mayoría de los casos, la primera opción que encuentran los Líderes para reducir costos, es el despido de los trabajadores y reducen las inversiones en marketing.La gente se inquieta y el resto de los empleados se sientan nerviosos en sus puestos de trabajo, preguntándose si serán los próximos. La moral, en estos casos, se encuentra por el suelo.

El resentimiento se fomenta, hasta el punto en que, inevitablemente, provoca la salida de buenos Líderes de los niveles medios, en busca de trabajo en un entorno mas competitivos y justos. De esta manera, los buenos Líderes huyen y terminan trabajando para un competidor, mientras que los malos Líderes que se quedan y continúan agotando los recursos de su empleador y dándo perdidas.

El mayor castigo que una organización paga por la mala gestión de sus Líderes, es la pérdida de capital. Los precios de las acciones caen, por lo que los inversores tienden a vender su participación en acciones de una organización plagada por la mala gestión. Las organizaciones privadas se marchitan por falta de financiamiento. Ningún inversor en su sano juicio va a invertir en cualquier organización que no sea estable. La calidad de la gestión es el primer criterio utilizado para evaluar opciones de inversión.

La mala gestión de los Líderes es la raíz de casi todos los fracasos empresariales. Un Liderazgo débil hará más frágil el corazón de la empresa, hasta que este se rompa.

Es más rentable deponer a un mal Líder que mantenerlo en la nómina



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